(Por Juan Pablo S. | San Pedro de La Paz)


Pareciera que estamos entrando a una era en donde el relato está reemplazando a los datos. Junto al realismo de esta pandemia, es muy posible que se haya abierto también una caja de pandora cognitiva de autoengaño a nivel global. Esta se compone de discursos que refuerzan una realidad de grupo que excluye los verdaderos datos de sobremortalidad y desconocen la magnitud real del problema en perspectiva a las proyecciones iniciales, entre muchas otras verdades calculadas y publicadas que se han expuesto, como referencia a Chile, por ejemplo, en nuestro par de humildes columnas ‘Sobre datos y relatos’ (1), y ‘Por pensar rápido, pero no despacio’ (2).
Bien lo expone el artículo ‘El engaño, y auto engaño en Robert L. Trivers’ del Instituto de Terapia Cognitiva Post-Racionalista (INTECO) (3), del cual extraemos el siguiente resumen.
Robert Trivers, profesor de Antropología y Ciencias Biológicas de la Universidad de Rutgers, fue citado por la Revista Time como uno de los 100 pensadores y científicos más grandes del siglo XX. Su trabajo científico se ha concentrado en la teoría social basada en la selección natural y de la cual, una parte es propuesta como teoría de selección por autoengaño en el proceso de la evolución.
Trivers describe el autoengaño como el acto de mentirse a uno mismo o como un flujo de información dentro de un individuo, análogo a la mentira entre los individuos. Trivers sostiene que la clave para definir y explicar el autoengaño, es considerar que la información verdadera es preferencialmente excluida de la conciencia y que si esta información es mantenida totalmente, es relegada y mantenida en el inconsciente. Las actividades de autoengaño permiten que el flujo de información sea ampliamente sesgado, así la mente consciente se dedica en parte a construir una falsa imagen y al mismo tiempo no se es consciente de que se está infringiendo el comportamiento y las evidencias
Desde la emergencia del lenguaje, los humanos vivimos en un mundo altamente complejo formado por mentirosos y por personas que son engañadas por mentirosos, de tal forma, que los procesos de identificación y de provocación del engaño están coevolucionando al mismo tiempo en términos de complejidad y eficiencia. El autoengaño entonces permite el ocultamiento de la mentira, así, al ocultarse la mentira a uno mismo, la hace invisible ante los ojos de los otros produciendo entonces una fragmentación interna; la verdad es excluida de la conciencia y es relegada al inconsciente y es la mentira la que accede a la conciencia. Esta es la llave explicativa del autoengaño.
Según Robert Trivers, el autoengaño es una práctica común y peligrosa