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¿Pelea en la derecha?




Estamos en la recta final de la campaña electoral y ya van dos o tres semanas en que comenzó a asentarse en la prensa tradicional la idea de que el Partido Republicano podría ser el primer partido en las elecciones de consejeros constitucionales. Pepe Auth, Enrique Correa, Max Colodro, Patricio Navia, entre otros predicen algo por el estilo. Los analistas más osados incluso anticipan que no solo serán el primer partido en número de votos sino también en escaños en el Consejo Constitucional.


A raíz de las conclusiones de los analistas, obviamente el compañero de sector, Chile Vamos, entró en pánico, se muestra nervioso, comienza a caer en conductas erráticas. En tan solo una semana, Pancho Orrego (el influencer RN) cargó sin necesidad y con falta absoluta de inteligencia en contra del candidato Luis Silva para luego terminar disculpándose al día siguiente, Hernán Larraín Matte y Ruggero Cozzi (¿Los recuerdan? Los ex convencionales de Chile Vamos que reconocieron una supuesta deuda histórica de nosotros los chilenos para con los activistas indígenas)..bueno, ellos le achacaron al mismo candidato Luis Silva el hecho de querer boicotear el nuevo proceso constitucional, y luego Diego Schalper y Javier Macaya difundieron una fake news diciendo que el Partido Republicano había votado en contra de la Ley Naín Retamal. Todo eso, en la misma semana… ¿Se entiende? Hay MUCHO nerviosismo en las filas de Chile Vamos…y es entendible, la amenaza por derecha es efectivamente latente…


Pese a todo lo que he dicho, hay algo que a mí me llama la atención y que ha pasado desapercibido: los únicos que no hablan sobre este fenómeno, sobre el posible adelantamiento de Republicanos a Chile Vamos, son los mismos Republicanos. Han optado por el silencio…han preferido concentrarse en hacer la campaña y maximizar resultados. Quizás piensan que es mejor dejar que los analistas hablen sobre ellos, que Chile Vamos reaccione nerviosamente y siga equivocándose…todo eso mientras ellos callan. Es comprensible pensar que esa es una opción prudente. Nadie querría cambiar demasiado la estrategia si es que, al parecer, las cosas andan bien.


Pero… ¿No les parece curioso? ¿No creen que exista algún interés velado en comenzar a hacer proyecciones electorales tan ambiciosas como estas? ¿Creen que las múltiples notas en medios como Ex Ante o La Segunda son casualidad?


No, claro que no. Creo que lo que se busca es crear un clima mediático y político que dé por aceptado, previo a la elección, la idea de que Republicanos será el primer partido de Chile, con el objetivo de elevarles la vara a ese mismo partido. ¿A qué me refiero? A que están subiendo excesivamente las expectativas que se tienen sobre Republicanos para luego, cuando todas esas proyecciones no sean traspasen al resultado de la elección, el relato comunicacional sea: “fracaso del Partido Republicano” o “Chile Vamos resiste a la arremetida del Partido Republicano”.


¿Por qué me quiero detener en este tipo de cuestiones que quizás, en medio de un proceso electoral, pueden verse como minucias o detalles? Me detengo porque las elecciones no solo van de altas votaciones y número de escaños en un órgano de representación. Los resultados no son lo único relevante en las elecciones…de hecho, mucho más importantes son las proyecciones de aquellos resultados, el relato que los actores políticos construyen a partir de un determinado resultado, el significado que le otorgan y los planes y políticas que son capaces de articular a partir de ellos.


Y la construcción de ese relato no se hace de la noche a la mañana…se prepara con mucha anticipación, con algo de suerte, se confirma en la elección y luego, a partir de esta, se le da máxima difusión, se copa mediáticamente el ambiente. Y eso es exactamente lo que hizo Chile Vamos de manera efectiva previo al plebiscito del 4 de septiembre: inundó sus medios de comunicación afines con su relato (“Rechaza por una nueva, pero buena Constitución”), puso en vitrina a sus intelectuales orgánicos, echó a andar a sus encuestadoras e incluso dotó a su discurso del aurea infalible de los expertos. Y fue exitoso…no porque el resultado del plebiscito se decidiera por esto, porque no fue así. El Rechazo ganó porque la izquierda presentó un pésimo proyecto para el país y punto. El relato de Chile Vamos fue exitoso porque fue capaz de dotar a ese resultado de un determinado sentido: “la gente rechazó porque quiere un nuevo texto constitucional”. Y en virtud de ese sentido, diseñó una nueva intentona constitucional. ¿Y el Partido Republicano construyó un relato previo? No. No lo hizo. Y ya, el 5 de septiembre parecía muy tarde pare exigir un plebiscito de entrada, reformas en el Congreso o algo similar. El asunto ya estaba cocinado…


¿Por qué me desvío con el ejemplo del plebiscito? Porque es muy ilustrativo de lo importante que es preparar el terreno mediático a la propia pinta, de dominar las comunicaciones, de hacer que lo que se diga de uno sea lo que uno transmite o quiere que se diga y no callar por prudencia.


Y en el caso de Republicanos, ¿Por qué es importante? Porque, como dije hace un rato, los actores tradicionales están creando un relato de excesivas expectativas respecto de Republicanos, para luego exigirles y golpearles por no satisfacer dichas expectativas. Y este escenario es altamente probable toda vez que nuestro sistema electoral está diseñado para que pactos como Chile Vamos maximicen sus resultados electorales.

¿Qué hacer entonces?


Ciertamente, no callar. Moderar las expectativas que analistas y medios tradicionales están difundiendo con un discurso inteligente, que apele al fuerte crecimiento del partido, pero nunca desmedido: dicho eso, todo lo que venga por encima, es ganancia. ¿Y qué sería un buen resultado? Obviamente, un 15% de los votos, 5-6 escaños sería un resultado espectacular…pero aun no logrando eso, podemos tener como referencias la elección parlamentaria del 2021, particularmente la del Senado, y en ese caso, sea como sea, cualquier resultado en el que se superen el 7% de los votos, se obtengan más de 336.000 votos, se logre más de un escaño en el Consejo es crecimiento respecto de su resultado anterior en la senatorial. Y a eso tienen que apostar: a crecer, a ganarle espacio a sus compañeros de sector. Porque, dejando de lado la cuestión constitucional propiamente tal, de eso se tratará esta elección: de comenzar a recortar distancias…si resulta que eso ocurre a pasos agigantados como se pronostica, aun mejor. Sea como sea, sea uno el resultado u otro, preparen la cancha para ese día y proyecten su resultado electoral hacia el futuro, con acciones respecto de sus compañeros de espacio político y respecto al Gobierno de Boric, ideen políticas y programas en consonancia con el apoyo popular recibido, PERO más importante que todo lo anterior: comuniquen su desempeño electoral como merezca serlo. Porque puede pasar lo mismo que el 4 de septiembre: que un resultado electoral realmente favorable no sea capitalizado como corresponde y se desperdicie por el rumbo tomado por Chile Vamos y la reacción tardía del Partido Republicano.






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