Por Dr. Beatriz Maturana Cossio
Arquitecto/Urbanista Académica y Exdirectora Instituto Historia y Patrimonio, U. Chile
Las palabras de la concejala del PC, Dafne Concha, quien afirmó que no sería importante consultar a los vecinos sobre el cambio de nombre de doce calles en Santiago, se materializa en la decisión inconsulta de la alcaldesa Hassler. Decisión arbitraria que pretende reemplazar nuestra historia republicana—expresada en el patrimonio urbano y que por siglos ha conformado nuestra identidad—, por el nombre de personajes de culto político.

La decisión, que deliberadamente prescinde de la voz de los ciudadanos, no hace más que relevar la cuestionable gestión de la alcaldesa, la que hoy no cuenta con el apoyo ciudadano y político, y que perdida la vergüenza, en una manida democracia echa mano de cualquier recurso disponible, incluyendo la interpretación oportunista de la normativa vigente.