(Por José Francisco Cuevas)

Los ciudadanos pacíficos y productivos estamos viviendo un régimen cercano al totalitarismo y prácticamente una "dictadura sanitaria". Nos gobiernan personajes bipolares, ineptos y políticos muy deficientes, todo esto, en plena pandemia Cov-19 y un país sin Estado de Derecho.
La región metropolitana retrocede a fase II y el panorama económico se pone negro. Acá, por culpa de unos inadaptados y anarquistas (niños soñadores), acompañado de un gobierno cobarde e inepto, pagarán el costo los ciudadanos productivos. Los que usan mascarilla, los que cumplen las normas sanitarias y los que cumplen, por supuesto, la ley.
Los que deben y necesitan trabajar con normalidad.
Veamos las prioridades:
¿Había que ir a votar a un plebiscito inventado por los políticos?
Claro que sí.
¿Se podía celebrar el 18 de septiembre? Claro que no.
Y ahora, como si no fuera suficiente, destruirán la Navidad y el Año Nuevo, momento de encuentro familiar donde máximo podrán asistir 10 personas, y una vez más pagarán el costo los niños y el comercio.
Pero se pudieron hacer primarias hace poco, y ahí el Covid no existía. Lógicamente, cuando los niños soñadores y los orcos protestan (sin cumplir ninguna norma sanitaria), tampoco existe coronavirus. Pero si usted es emprendedor o comerciante y necesita funcionar los fines de semana, usted está al margen de la ley y le caerá todo el monopolio de la FUERZA, porque ahí los tribunales sí van a funcionar.
Si quemas y saqueas en Santiago centro y te meten preso, eres un preso político y saldrán todos los organismos de derechos humanos a defenderte. Pero si se te ocurre abrir tu negocio un fin de semana, eres un peligro para la sociedad.
A semejante estupidez hemos llegado.
Con este retroceso, los comercios no podrán abrir los fines de semana. Ellos esperaban Navidad y Año Nuevo para revertir en algo las ventas de este desastroso año. Así será muy difícil mantener funcionando estos negocios, muchos van a cerrar y el desempleo se va a disparar: ya estamos cerca de los 3 millones de cesantes.Y si no producen, no trabajan o no venden, es imposible mantener los actuales empleos, y resulta poco probable que puedan pagar arriendos, créditos, imposiciones, sueldos y patentes, entre otros.
<