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Covid 19: El Gran Reseteo Económico

(Por Juan Pablo S.)



Klaus Schawab es el fundador del Foro Económico Internacional, el mismísimo Foro de Davos 2020 al que asiste la élite global. Es también autor de “Covid-19, El Gran Reseteo” (1), y “La Cuarta Revolución Industrial” (2), ambos fundamentos ideológicos transhumanistas basados en diagnósticos exacerbados de nuestra crisis como sociedad y la deconstrucción necesaria para refundar nuestro tejido cultural. Hoy nos acercamos a la constatación de una teoría que no tiene forma conspirativa, sino todo lo contrario, real y corporativa.


Durante décadas recientes, el discurso globalista ha capturado formalmente la agenda de políticos de todos los colores, empresarios, multimillonarios filántropos y líderes de opinión con enorme poder, influencias y redes. En Chile, M. Bachelet adoptó en 2015 la agenda 2030 de Naciones Unidas para el desarrollo sostenible, y refrendado luego por S. Piñera, que implica un modelo de producción, de consumo y relacionamiento distinto. “Chile lo utilizamos como piloto para experimentar en esta metodología”, dice Silvia Rucks, coordinadora ONU en Chile, con intervención en casi todos los ministerios actualmente (3).


Para Latino América, el Foro Económico internacional conecta todas las estrategias ‘inteligentes’ de cooperación (4). Todo está organizado desde hace años para ordenar la Hacienda global hacia adelante, un siglo al menos. Son escenarios, pero muchos ya están materializados. Un número importante de las empresas en Chile entraron ya al Pacto Global Chile (4), y los grupos chinos inician compra de CGE (5), un recurso estratégico y crítico para Chile al igual que los recursos minerales de SQM. Ya que empresas suelen estar mal asociadas al financiamiento de campañas políticas, se entiende a qué sectores puede ir la promoción de ideas de ahora en adelante.

En un reciente trabajo publicado en Julio 2020 en la revista Global Health Metrics (6), financiado por la fundación Bill & Melinda Gates, se exhibe un modelo de proyección que plantea el escenario de fertilidad, mortalidad, migración, crecimiento demográfico y poder económico general, hasta 2100. Es un aspecto clave que interesa para el nuevo modelo de desarrollo.

El estudio viene a dar cuenta de una desaceleración a partir de 2017, con un nivel de reemplazo global medio en todo el planeta de 2.37 hijos por mujer y 7.640 millones de habitantes para ese año. La proyección plantea un escenario de referencia para 2100 de 1.66 (1.32-2.08) como nivel de reemplazo medio, y 8.755,55 millones de habitantes. Sin embargo, el Gol de Desarrollo Sustentable (SDG) promueve iniciativas (principalmente en salud pública) que busquen ‘aplanar’ la curva, hacia niveles de 1.52 (1.15-1.99), y 6.289,42 millones de habitantes, una caída a partir de un máximo en el 2064 proyectado en 9.732,92 millones de habitantes en el planeta. Con tasa de natalidad reducida bajo el nivel natural de reemplazo de 2.1 hijos por mujer, se espera un decrecimiento de la población laboralmente activa para mediados de siglo, lo cual se usa – además de mitigar el impacto global de las actividades humanas - como recurso de promoción para apoyar la movilidad migratoria para que así los países suplan ese déficit, parcialmente, y se "reacomode" la distribución demográfica de la población mundial en el futuro. El exceso no cubierto, cae en la categoría de la digitalización promovida por la cuarta revolución de Klaus Schawab. Esta interpretación no es subjetiva, ya que está explícitamente citado en el documento: “As long as these immigration policies continue, our reference scenario showed sustained population growth and workforce expansion in these countries, with concomitant economic growth… The optimal strategy for economic growth, fiscal stability, and geopolitical security is liberal immigration with effective assimilation into these societies.” ("Mientras continúen estas políticas migratorias, nuestro escenario de referencia mostró un crecimiento poblacional sostenido y una expansión de la fuerza laboral en estos países, con un crecimiento económico concomitante… La estrategia óptima para el crecimiento económico, la estabilidad fiscal y la seguridad geopolítica es la inmigración liberal con asimilación efectiva a estas sociedades.")


Sin embargo, el crecimiento demográfico parece un discurso apoyado en modelos de proyección con sesgo de diagnóstico. Para otros expertos, el problema real no será el impacto de la sobrepoblación humana en el planeta, ni la falta de recursos globales (sí la distribución de éstos), sino la desaceleración de la tasa de crecimiento que puede llevar a un impacto deflacionario a mediados de siglo, completamente diferente al discurso ampliamente sostenido. Lo que desdibuja todo el enfoque actual que sostienen los progresistas promotores de acelerar el control demográfico. Con sus medidas de control de natalidad, por intermedio de programas de mejoramiento de la calidad de salud global y programas de vacunación, solo se exacerbará un problema mayor. En un punto a mediados de siglo existirá un déficit importante de población laboralmente activa que no se reemplazará con migración ni la ideología revolucionará tecnológica de K. Schawab. Al final de cuentas, a pesar de todo el afán refundacional, si existe un nuevo orden y se aceleran muchos cambios, difícilmente serán más rápidos que lo que los precios obliguen a cambiar. La piedra de tope del incentivo del mercado estará siempre presente.


El globalismo está expandiendo demasiado terreno ideológico e intervencionismo desde hace décadas. Su discurso está de moda y se apoya en un peligroso manejo de relatos científicos para acelerar el nuevo modelo de desarrollo, donde incluyo el consenso unilateral de Naciones Unidas sobre el asunto del cambio climático antropogénico, y la sobrepoblación como ejes transversales de la supuesta crisis. Ambos argumentos buscan dar promoción a la refundación energética y económica global, sin detenerse en resolver cuestiones elementales, como la sustentabilidad práctica de las tecnologías cero emisiones en red a gran escala sin apoyo de fuentes convencionales para compensar las lagunas energéticas y así sostener la frecuencia de operación de la propia red.


"La pandemia representa una rara pero estrecha ventana de oportunidad para reflexionar, re-imaginar y reiniciar nuestro mundo."

Abiertamente Klaus Schawab declara en algunas de sus entrevistas, que no existe un sentimiento de urgencia en el planeta. Y qué casualidad, Covid-19 “aparece” como un escenario espontáneo y natural en el inicio del proceso de desaceleración demográfica, y que es el gatillo percutor para generar el gran cambio, ya cuando toda la organización globalista tenía la ‘mesa servida’. Siendo que al final, Covid-19 es una enfermedad grave, pero del montón, que epidemiológicamente tiene una magnitud similar a la gripe de Asia H2N2 de 1957, con una sobrevida general superior al 95%. Pero se ha desdibujado el método de cuarentenas a personas sanas y laboralmente activa instando el relato de la nueva normalidad con la vacunación obligatoria y masiva. ‘Nada volverá a ser como antes”, versa un comercial de gobierno. De facto, el reseteo económico es real en todo el planeta. La finalidad estratégica sería desconectar los circuitos comerciales, crear la condición de extrema urgencia, para reconectar de acuerdo al plan de agenda global.


A esta altura uno se cuestiona sobre la coincidencia de ciertos eventos. Sobre la ocurrencia de ciertas urgencias que de pronto quedan alineadas. Incluyendo el mayor fraude electoral de Estados Unidos, país bastión del capitalismo en el mundo de occidente. Parecen todos apoyando una agenda global totalitaria progresista de corporaciones gigantescas en lo económico y que está capturando empresas y países. Una agenda que no participa del discurso de naciones ni fronteras y confunde lo negro con lo blanco en materia de derechos humanos, sin matiz de grises.


Casi a mediados del siglo XX, una ideología fundamental se expandió por toda Europa con resultados desastrosos. Tomó muchos elementos de apoyo incluyendo deformaciones científicas de las teorías del mismo Ch. Darwin para justificar la superioridad racial. Si un nuevo relato se instala así, aceptando en la levedad, sería una suerte de rebrote de una enfermedad que creíamos extinta.


La levedad, la toma de ligereza de las cosas, será un terreno fértil para el globalismo de este siglo sobre la mente de las personas, sus líderes moralmente incapaces y las sociedades. Somos parte natural también del conjunto. La naturaleza hizo parte de sí una apuesta evolutiva por lo que identificamos como ‘nosotros’ y nos quedamos con este regalo muy poco tiempo en comparación a otras especies naturales. Todavía tenemos que aprender, y mejorar. Sí, tenemos un potencial de destrucción voraz como de protección único. Somos la única especie, actualmente, con la tecnología capaz de someter a otras y nosotros mismos, doblegar algunos elementos naturales, y al mismo tiempo preservarlos a todos, expandir la vida a otros planetas, y proteger nuestro hogar celeste de un impacto colosal. Pero somos demasiado jóvenes también y el error es parte esencial del proceso transformador de la evolución. La adaptación es un proceso complejo, multivariado de causas naturales y ambientales que suele tomar miles o millones de años de desarrollo.


El ‘plan’ de pretender limitarnos como humanos, concluyendo rápido sobre la marcha histórica, nos conduce a una suerte de gran manicomio con mantención de jardines, que vela por un supuesto orden global al mismo tiempo que la racionalidad se persigue y la irracionalidad totalitaria se vuelve normalidad. La semilla ideológica es privarnos de la vida a través del control sintético, transhumanista, o de acuerdos por agenda. Es una enfermedad de la mente, una actitud de autoflagelación que nos priva de libertad para pensar, aprender y mejorar. Las sociedades, y su entorno, se hacen más eficientes y armónicas, a partir siempre de los individuos en libertad.


Dios, y la ciencia convergen en el misterio. El exceso de ambos para un propósito fanático y persecutor nos ha dejado mucho tiempo en los periodos más oscuros de nuestra corta historia como sociedad. Fuentes:

(8) https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)30677-2


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