(Por Gloria Toro)
Por primera vez en la historia de la Organización Mundial de la Salud, su director ejecutivo no es médico. Afirman que Tedros Adhanom Ghebreyesus es biólogo, pero según el currículum vitae presentado por él mismo para la candidatura a la OMS y aprobado por la Unión Africana, en realidad... estudió filosofía.
Lo que en realidad hizo fue una maestría en inmunología y enfermedades infecciosas en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical, en Londres y en el año 2.000, concluyó un doctorado en la Universidad de Nottingham con una tesis sobre los "Efectos De Las Represas En La Propagación De La Malaria" en el norte de Etiopía.
Si bien es cierto que su preparación fue enfocada en medicina comunitaria, entre las denuncias que pesan contra Tedros Adhanom está, justamente, su falta de formación como médico. Detalle no menor, considerando que el cargo que ocupa es el de, repetimos, Director de la Organización Mundial de la Salud.
Tedros fue ministro de salud de un régimen sanguinario, cuyo partido gobernante, el Frente Militar de Plutocracia Étnica, de orientación marxista, siempre ganó con el 100% de los votos. Tras ocupar el cargo de ministro de salud etíope por siete años, un informe del Banco Mundial expuso el alto grado de corrupción en los recursos asignados al VIH para ese país, recursos que administraba el ministerio a su cargo.
Estados Unidos recortó a la mitad los fondos asignados, que pasaron de US$ 300 millones a US$ 170 millones.
Posteriormente fue ministro de relaciones exteriores de Etiopía (2012 hasta el 2016). Facilitó el ingreso e influencia de China en África, hasta el punto que el país comenzó a ser llamado "La Pequeña China". Y fue precisamente el apoyo de los chinos y la Unión Africana, conformada por mandatarios autoritarios, violadores de DDHH como el presidente de Uganda, y muy cercanos al régimen chino, quienes permitieron el acceso de Tedros al puesto de director ejecutivo de la OMS.
Cuando en el año 2017, Tedros Adhanom fue candidateado para encabezar la OMS, tanto los opositores como Human Rights Watch y otros organismos de Derechos Humanos advirtieron sobre su largo historial, entre otras, el encubrimiento de tres pandemias de cólera, llamándolas «diarreas agudas por agua», que causaron miles de muertos. Fue duramente atacado por un prominente experto en salud global, Lawrence Gostin, quien lo acusara de estos encubrimientos durante sus gestiones en Etiopía con el fin de minimizar estas crisis y no admitirlas ante la comunidad internacional, para que su país no sufriese las consecuencias económicas de admitir estas epidemias.
También se acusa a su partido de llevar a cabo una limpieza étnica sistemática en el estado regional de Amhara, mediante la propagación del VIH a la población local. Para lograrlo, habrían utilizado kits de pruebas de VIH falsos y con fallas, lo que llevó a miles de personas a propagar el virus.
En lugar de lamentarlo, Adhanom supuestamente dijo que era "conveniente, para recibir más fondos". De hecho, el Observatorio de Etiopía, el Fondo de Farmacéuticos Etíope y la Agencia de Suministros, que depende del ministerio de salud de Etiopía, informaron que se desperdiciaron más de $ 500 millones de dólares en compras ilegales e injustificadas (1).
Aunque tener a un africano a cargo de la OMS pareciera un acto de inclusión, Adhanom no solo no reúne las condiciones académicas para el cargo, también forma parte de un partido y un gobierno que sigue los principios de la "supremacía étnica", donde el 8 % reprime al 92% restante, forjando un Apartheid que impuso su idioma y prohibió la música y lengua natal de Amhara, región que el régimen anexó a la fuerza.
Tan afín es Adhanom a regímenes dictatoriales de orientación marxista, como la de su partido "Frente Militar de Plutocracia Étnica", que cuando asumió el cargo al mando de la OMS no tuvo ningún pudor en nombrar como embajador de buena voluntad al genocida y dictador de Zimbabue, Robert Mugabe.