(Por Oscar Amigo Rivera)
Chile está caminando hacia un abismo, sin exageración.
El día de ayer la cámara de diputados aprobó el proyecto de ley que permite el retiro anticipado del 10% de los fondos previsionales, con el objetivo de mitigar el impacto negativo de la crisis sanitaria. Lo anterior, sin perjuicio de la opinión de múltiples economistas que aconsejaban ir en otra dirección, ya que en términos simples esto podría constituir la aplicación del aforismo “pan para hoy, hambre para mañana”.
Más allá de la discusión acerca de si el retiro es o no una necesidad excepcional, esto podría marcar un precedente para que en el futuro cualquier persona que se encuentra en una mala situación económica pueda solicitar el retiro anticipado de un porcentaje de su jubilación, o más aún, podría ser el próximo eslogan de la clase política, en su misión incansable de conseguir votos y poder, dando así un nuevo golpe a la institucionalidad vigente. A esto último se le suma un eventual cambio constitucional, que terminaría por derribar todas las instituciones, generando un clima de incertidumbre que no atisba nada bueno. La posibilidad de competir a nivel internacional y atraer capitales también se ve lejana, ya que mientras Alemania e Italia deciden bajar sus impuestos en Chile hablamos de subirlos.
En fin, Chile camina hacia un abismo sin detenerse y la caída suele golpear con más fuerza a los más necesitados.