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Cambios de gabinete desde la democracia

Benjamín Escobedo (Teólogo e Investigador de Historia)

Escritor para Latinoamérica (Monte Alto Editorial)

Columnista de Fundación Nueva Mente (FNM)

Lic. Teología

Lic. © Historia

En el escenario político actual, parece atractivo releer los cambios de gabinete en el Palacio de la Moneda desde el retorno a la democracia, dadas las constantes interpelaciones, vacíos y nebulosas visualizadas por el presente Gobierno. Cabe señalar que el último en recibir la piocha de O’Higgins fue el actual Mandatario, Gabriel Boric, figura controversial dada sus juicios políticos, económicos, sociales y personalidad holística frente a las constantes afrentas que atraviesa su periodo presidencial. Tal vez los cambios de gabinete de ejercicios precedentes puedan otorgarnos algunas claves interesantes para el Chile del 2023. Por tanto, mi columna de la semana se titula “Cambios de Gabinete desde la Democracia”.

Primero, para nadie es un misterio que hace semanas nuestro país ya no es el mismo. La ausencia de transparencia en materia de argumentos políticos por parte del oficialismo se reduce a comentarios vagos, ambigüedades intermitentes y poca claridad frente a casos de posible corrupción nacional. Más aún, cuando se ha consultado a la Ministra de la Secretaría General de Gobierno por dichas aprensiones de relevancia pública, esta última ha señalado que el Presidente de la República es el único que tiene la potestad de realizar los cambios de gabinete en caso que fuese necesario. Pero el tema no radica en la autoridad que toma las decisiones. Es obvio que aquello es adyacente al Ejecutivo. Sin embargo, los argumentos de Camila Vallejo parecen muy disonantes para una ciudadanía que gime con latidos indecibles por justicia, un gabinete a la altura y de funciones políticas sólidas respecto al ejercicio gubernamental.


Segundo, construir un panorama histórico de los cambios de gabinete desde el retorno a la democracia puede aportarnos lecturas y antecedentes de los motivos que impulsaron dichas acciones en cada mandatario hasta la fecha. Los datos inscriben las siguientes premisas bajo el estudio del periodista Felipe Vargas. (a) El periodo de Patricio Aylwin se caracterizó por la estabilidad de su gabinete. De hecho, 14 ministros se mantuvieron en sus cargos desde el inicio de su gobierno hasta el final. El mayor ajuste se produjo entre septiembre y octubre de 1992, cuando cinco secretarios de Estado salieron de La Moneda, la mayoría por motivos electorales. (b) Durante el periodo de Eduardo Frei, en septiembre de 1996 se desarrolló su cambio más extensivo. En esa oportunidad, realizó modificaciones en el comité político presionado por la falta de conexión con los partidos de la Concertación. Ese año salieron siete ministros: Genaro Arriagada (Segpres), Víctor Rebolledo (Segegob), Luis Maira (Mideplan), Sergio Molina (Educación), Narciso Irureta (Transportes), Carlos Massad (Salud) y Emiliano Ortega (Bienes Nacionales). (c) Dos años después de haber asumido, el expresidente Ricardo Lagos realizó la mayor cirugía a su gabinete, reemplazando a siete de sus colaboradores. El 7 de enero de 2002 sacó del gabinete a Mario Fernández por Michelle Bachelet en Defensa, convirtiéndose de ese modo en la primera mujer en asumir en esa cartera. Asimismo, a Fernández lo reubicó en Segpres por Álvaro García, reemplazó a Claudio Huepe por Heraldo Muñoz en la vocería y sacó a Alejandra Krauss por Cecilia Pérez Díaz en Mideplan. Asimismo, y en medio de la crisis provocada por el MOP-Gate, cambió a Carlos Cruz en esa cartera por Javier Etcheberry y en reemplazo de Bachelet en Salud nominó a Osvaldo Artaza. Finalmente, en Minería, cambió a Jorge Rodríguez por Alfonso Dulanto. Al año siguiente, hizo seis cambios más. (d) En el caso de Sebastián Piñera, este realizó un cambio de gabinete en su último periodo, empujado por la grave crisis social que estalló a partir del viernes 18 de octubre, impulsada supuestamente por el aclamado pueblo, claro, con varias fugas de relato por parte de la oposición en aquel entonces. El Mandatario designó a Gonzalo Blumel, de 41 años, en el Ministerio del Interior; Felipe Ward asumió en la ex Segpres y Karla Rubilar llega a la Segegob en reemplazo de Cecilia Pérez, quien asume en el Ministerio de Deportes en reemplazo de Pauline Kantor. Además, el economista Ignacio Briones toma el mando en Hacienda, la secretaría de Estado que encabezaba Felipe Larraín; Lucas Palacios hará lo propio en Economía, cartera que deja Juan Andrés Fontaine; María José Zaldívar, en tanto, llega a Trabajo, que ya no tendrá a Nicolás Monckeberg. Finalmente, Julio Isamit asume en Bienes Nacionales. Cabe señalar que, en el periodo anterior, Sebastián Piñera decidió hacer su cambio de gabinete más importante en medio de la tensión social provocada por el movimiento estudiantil de ese año, lo cual lo obligó a hacer modificaciones en siete ministerios. (e) Quien ostenta el récord en esta materia (cambios de gabinete) es la expresidenta Michelle Bachelet. El 11 de mayo de 2015, días después del anuncio, la ex jefa de Estado realizó nueve modificaciones, incluyendo a todo su comité político, en un hecho inédito desde el retorno a la democracia. En su primer gobierno, Bachelet hizo su primer cambio de gabinete fuerte en marzo de 2007, un mes después de la crisis provocada por el inicio del Transantiago. En esa oportunidad, la exmandataria removió a la ministra de Defensa Vivianne Blanlot, a su par de Segpres, Paulina Veloso, al titular de Justicia, Isidro Solís, y al jefe de Transportes, Sergio Espejo. En total, cuatro carteras. Sin embargo, al año siguiente y tras ser criticada por el perfil tecnócrata de su gabinete, en enero de 2008 instaló a Edmundo Pérez Yoma en Interior, Hugo Lavados en Economía, Paula Quintana en Mideplan, a Sergio Bitar en Obras Públicas, Marigen Hornkohl en Agricultura y Marcelo Tokman en Energía. En total, seis cambios. (f) Gabriel Boric es el actual Presidente de la República. A casi dos años de su gobierno, ya existe cambio de gabinete. ¿Cuántos más se suscitarán? ¿Seguirá la tendencia de la venerada expresidenta Michelle Bachelet en estas materias? ¿Los cambios de gabinete son producto de malas decisiones del Ejecutivo de turno o bien, reflejo de interpelaciones públicas y sociales que obligan a un mandatario a suturar la desaprobación ciudadana?


Tercero, parece que los datos y preguntas en cuestión enarbolan una crisis que se viene asomando paulatinamente respecto de las instituciones, liderazgos y representatividad del mundo político en Chile. Dicho sea de paso, contemplada a través de la desaprobación aludida mediante diversas encuestas especializadas y cambios de gabinete que, entre paréntesis, vienen a curar la herida que adolece la opinión pública y sociedad frente a las crisis gubernamentales propiamente dichas.


En la actualidad, son considerables las crisis que hunden al gobierno del Presidente Gabriel Boric. No obstante, un abuso de cambios de gabinete en su periodo presidencial podría enterrar aún más su mandato. Por otra parte, los cambios de gabinete deben designar especialistas para cada área, claro, con ciertas confianzas y características obligatorias sobre la plaza a cubrir. Pero aquello no significa que homologuemos esto como sinónimo de amistad y sentimentalismo. Por el contrario, los cambios deben ser justificados y no al alza. De ser así, es un pésimo reflejo de credibilidad ante los ojos de la sociedad chilena. La experiencia histórica debe construir en el imaginario político aprendizaje y valorización del error no forzado y del error consciente. Así, la premisa “Cambios de Gabinete desde la Democracia” viene a colocar autocrítica y el deber de considerar los errores del pasado. De lo contrario, será un vicio eterno en la historia política de nuestro país abrazar cambios de gabinete.

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